miércoles, 8 de diciembre de 2021

Mi porvenir

Me has hablado

tú, yo pasado

No me vi venir

y fui osado

crítico sin fin

de tí, y de mí

 

A mi futuro,

a mi pasado;

 

Mi presente llora

y agradece:

lo que fui,

lo que habré sido

y mi porvenir

jueves, 6 de abril de 2017

Ahí ya no estoy yo, pero...

Ahí ya no estoy yo, pero...

Ya no hay rencor,

rastro de dolor,
ni fuego interior;

no hay instinto de unión,

ni brizna de pasión,
y la cordialidad brilla
por ser cenizas de carbón;

no hay eternidad,

tampoco amistad,
ni tan siquiera
cierta enemistad.



Ahí ya no estoy yo, pero...


hay calma, serenidad,

siento quietud y paz.

Y te deseo lo mejor,

pues siento cariño, incluso amor,
por ese tiempo pasado,
que siempre fue mejor.

sábado, 5 de noviembre de 2016

¿Salvación?

Sugestión,

mitificación,

ilusión,

regresión




Erotización,

autocompasión,

esclavización,

abominación




Objetivación,

purificación,

¿salvación?

martes, 29 de marzo de 2016

Los puercoespines ateridos

"En un crudo día invernal, los puercoespines de una manada se apretaron unos contra otros para prestarse mutuo calor. Pero al hacerlo así, se hirieron recíprocamente con sus púas, y hubieron de separarse. Obligados de nuevo a juntarse, por el frío, volvieron a pincharse y a distanciarse. Estas alternativas de aproximación y alejamiento duraron hasta que les fue dado hallar una distancia media en la que ambos males resultaban mitigados"


Schopenhauer






Nunca había leído nada con lo que me hubiera sentido tan identificado, pero al pensarlo mejor me pregunté por qué no me había dado cuenta antes de que esa es nuestra manera habitual de funcionar en las relaciones humanas.

Es la misma historia de siempre. Cuando te hacen daño te separas de quien te lo ha hecho, pero pronto empiezas a sentir su ausencia y tu propia soledad, y ese "frío" te hace volver a querer a acercarte...



Gracias, Schopenhauer.




"It's better to feel pain than nothing at all"


sábado, 30 de enero de 2016

Todo cambia


No sé si te has dado cuenta de que nada de lo que te rodea es estable. Tu vida está en continuo cambio, desde que te levantas hasta que te duermes. Incluso mientras sueñas tú mismo estás sufriendo cambios: tu piel muda, algunas células mueren y otras se regeneran, las redes neuronales se consolidan absorbiendo la información que tu cerebro ha recibido durante el día...

¿Y qué hay de tu personalidad? ¿Acaso eres la misma persona que hace unos años? ¿Eres el mismo que serás dentro de 10 años? Hay quien dice que las personas no cambian. No sé si es cierto o no, pero sólo hace falta mirar dentro de uno mismo para descubrirlo. En lo que a mí respecta, creo que no soy exactamente igual que hace 5 años.


Unos cinco años atrás, no tenía los objetivos que tengo ahora en la vida. No tenía claro a qué me quería dedicar (y puede que cuando pasen los años cambie de opinión). Era inocente, tendía a ignorar los errores de las personas -hasta uno mismo se sorprende a veces de grandes errores que comete- y prefería pensar que las personas son buenas por naturaleza.

No había conocido el amor, tampoco había conocido su desengaño. Aún no había conocido a mi amor platónico, y todavía haría falta más tiempo para conocer a mi primer amor auténtico con el que mantuve mi primera relación sentimental. Fue entonces cuando me tiré al mar, convencido de que sabía nadar, y me ahogué. Me había convencido de que seríamos felices durante mucho tiempo. Nunca pensé que tragaría tanta agua por una persona.

Y ahora, aquí estoy. Divisando aquel horizonte lejano que dejo atrás, que me cambió y que sin embargo ahora me parece que vivió otra persona. Hace un tiempo todo eso pesaba sobre mí; ahora tengo la sensación de que eso no me puede retener. Tengo ganas de emprender nuevos proyectos, de mirar al futuro, de querer a las personas reconociendo sus virtudes y también sus defectos, y de volver a amar sabiendo y aceptando que me puedo volver a ahogar.


El horizonte está ahí para recordarnos de dónde venimos (y quienes somos), pero no para decirnos a dónde vamos (y en quien nos convertiremos)




martes, 29 de diciembre de 2015

¡Navidad!

La Navidad es actualmente una costumbre muy consolidada de los cristianos, y también de los que no lo son.
Parece mentira que indagando en los orígenes de la Navidad te encuentres con que mucho antes de Cristo se celebraban fiestas parecidas que festejaban el nacimiento del "dios Sol". Además, ciertas gentes como los germanos y escandinavos adornaban un árbol (¿os suena?) de hojas perennes que simbolizaban el árbol del Universo o "Yggdrasil"

Y el rito navideño pasó por muchos estados a través de los siglos, aceptaciones y prohibiciones según la época y el contexto sociocultural, pero llegó hasta hoy en día. Y hoy en día, a veces uno se pregunta qué celebramos.


El Corte Inglés presume de que le gusta la Navidad en sus campañas publicitarias (normal, con todo lo que venden...), algunos compran regalos hasta hartarse, otros compran turrones y polvorones, otros comen hasta reventar, otros van a misa aunque no sean demasiado cristianos, se adornan las calles con luces, las casas...

Es como una especie de locura colectiva aceptada silenciosamente por todos. Pero supongo que hay más gente como yo que se pregunta, ¿realmente tiene un sentido todo lo que se hace?



Cuando uno tiene cierta experiencia y conoce los sentimientos y situaciones de algunas personas, ve cómo para algunas personas la Navidad está vacía de sentido, y también cómo a algunos incluso les llena de tristeza, por no poder vivirla como les gustaría o como la sociedad y costumbres en las que estamos inmersos nos han hecho creer que debemos vivirla.


¡Ojo! No quiero decir que la Navidad no tenga sentido. Lo tiene. Pero creo que ese sentido se lo da cada uno. La Navidad es un tiempo de ilusiones (no las materiales de los regalos sólo, también espirituales) en el que la gente debería plantearse propósitos para el año, y darse cuenta de lo bueno que tiene en la vida y de las personas queridas. Entonces sí que tiene sentido celebrar la Navidad y dejarse llevar por la locura colectiva.


Sin embargo, también existen personas que recuerdan a las personas queridas que desgraciadamente ya no pueden estar con ellos. La Navidad no sólo es celebrar, por muy triste que suene decir esto. También es recordar, mirar hacia tu interior, hacia el pasado, y saber mirar hacia el futuro con esperanza e ilusión renovada. Y esa ilusión no viene dada por tus regalos, ni por las comidas ni por las luces navideñas. Esa ilusión tiene que venir desde el interior de uno mismo.


Es en el interior de uno mismo donde renace el dios Sol, y donde crece renovado de energía Yggdrasil, el árbol de tu vida.


viernes, 18 de diciembre de 2015

Melancolía


Noches grises,
ensoñaciones claras
Espejismos tristes,
alma condenada

Luna llena,
sol mutilado
Pálida nube
que pasas a mi lado

Querer llorar
y reír
Querer vivir
y morir


Porque nada tiene sentido,
si la melancolía te ha afligido
Tú sólo puedes salir del abismo
o condenarte al ostracismo